A pesar de algunos avances, en todo el mundo siguen persistiendo grandes desigualdades en cuanto al reconocimiento de derechos de las mujeres y, más aún, en la aplicación de tales derechos. Sabido es que, bajo distintas formas y supuestas explicaciones, las mujeres rurales se encuentran en evidente situación de inferioridad frente a sus pares varones. Más aún, hace varios años, en un texto bastante conocido, la socióloga Marisol de la Cadena señalaba que «la mujer indígena es doblemente oprimida».