Este documento busca contribuir, desde un enfoque de género, a soluciones basadas en la infraestructura natural para la seguridad hídrica como un medio para enfrentar los efectos del cambio climático. Estudios en todo el mundo demuestran que el cambio climático incrementa la desigualdad entre los grupos más vulnerables de la sociedad, exponiéndolos a sus efectos negativos y reduciendo sus oportunidades. De estos grupos vulnerables, las mujeres, debido a sus roles y responsabilidades socialmente construidas, y a la persistencia de concepciones sobre la superioridad masculina, se encuentran en una posición de inferioridad respecto del acceso y control de los recursos naturales y las decisiones sobre la tierra, el agua, la producción y la venta de productos agropecuarios, en las que sus necesidades son invisibles; por ello, al no ser consideradas como actoras relevantes, sus aportes no son tomados en cuenta