En el presente informe se fundamenta la siguiente tesis: si desde ahora se planifica correctamente y se efectúan las debidas inversiones en las personas —a fin de facultarlas para que efectúen opciones que no solamente son beneficiosas para ellas mismas, sino también para nuestros bienes públicos mundiales— nuestro mundo de
7.000 millones puede tener ciudades prósperas y sostenibles, fuerzas laborales productivas que impulsen el crecimiento económico, poblaciones de jóvenes que contribuyan al bienestar de las economías y las sociedades, y una generación de ancianos saludables que participen activamente en los asuntos sociales y económicos de sus comunidades.