Las necesidades de inversión pública de la población deberían estar orientadas por la participación ciudadana, especialmente en beneficio de los más necesitados. Se puede entender de esta manera el método de presupuesto participativo (PP) que se llevó a cabo en Perú en el año 2004. Sin embargo, este estudio encuentra que no hay evidencia que sugiera que exista una fuerte relación entre el PP y la cobertura del agua y la calidad del servicio. Esto se debe a fallas en el proceso de PP y a los roles de los actores involucrados. Aunque se espera que el PP responda a las necesidades de la población, hay importantes limitaciones en el proceso que pueden hacerlo ineficaz al canalizar los recursos hacia áreas como el agua y el saneamiento.