Muchos escritores de ciencia ficción de los años 50 imagina-ban personajes que pulsaban un botón y de repente aparecía un cua-dradito de proteínas”, explica Annie Gray, historiadora de la alimentación de Reino Unido. Estas píldoras mágicas todavía no han llegado a nuestros platos.Sin embargo, a la vista de los desafíos del cambio climático y de la evolución demográfica, la investigación agroalimen-taria explora nuevas formas de alimentar a ocho mil millones de personas. Cada vez más granjas, fábricas y laboratorios tra-bajan para desarrollar nuevos alimentos y métodos de producción innovadores. Científicos y productores se centran en elaborar proteínas alternativas que sean apetitosas, nutritivas, accesibles y más sostenibles que la carne roja, y que inclu-yen insectos, carne sintética, sustitutos de las harinas y microalgas.La carne producida en laboratorio se elabora a partir de una muestra de células madre extraídas de un animal vivo. Estas células se colocan con nutrientes en un biorreactor que reproduce el entorno del cuerpo del animal y entonces se multipli-can hasta convertirse en músculos, grasas y tejidos conjuntivos.